QUIEN SUJETA EL CIELO

Es la historia real de cómo me convertí a través de mis hijos. Un día cualquiera me di cuenta de que Dios me mira y me quiere como yo los miro y los quiero.

Desde entonces creo que el gran reto de los cristianos es descubrir la mirada con que Dios nos mira y, después, ser capaces de mirarnos con ella. Es un reto mayor del que parece. Hasta aquél día, tenía muchas reservas que me hacían negar esa ternura. Quizá, sin querer, proyectaba sobre Dios lo que no era y, al hacerlo, era yo mismo quien lo alejaba.

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